Espero todo este saliendo bien ahora que ya salieron de Paris después de ese horrible acontecimiento, el asalto. Me alegró haber leído que visitaste a Olivier. Me pregunto por qué no visitaste a nuestra vieja amiga La Maga, ella que nos ha enseñado tantas cosas…
Recuerdo cuando comíamos hamburguesas con ella en Carrefour de l´Odeon y cuando íbamos en bicicleta a Montparnasse, y esas tardes eternas donde nos contaba sus encuentros de almohada en cualquier hotel. Recuerdo esas veces que nos sentábamos entre la basura y cantábamos, fumábamos y nuestras pláticas sobre el fracaso de las leyes de la vida. Recuerdo que era ella muy alegre, que le gustaba el amarillo, que su hora era la noche y que su puente era el Pont des Arts y de cómo ella jamás aprendió a entender las cuestiones morales. Recuerdo como soñaba por ser una cantante y como nos contaron que “olía a algas frescas, arrancadas del último vaivén del mar” y cómo “ella fingía hacer literatura mirando por la ventana de la habitación”.
Recuerdo las palabras de Horacio al describirla, antes de que nos la presentara: “No estábamos enamorados, hacíamos el amor con un virtuosismo desapegado y crítico…”
Hay cuántas cosas nos enseñó… la extraño.
Saludos,
amelia
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2 comentarios:
Pregunté por la Maga, pero ya ninguno de los del Club pudo darme noticias de ella, parece que al poco tiempo de nuestro regreso desapareció, no se le volvió a ver por Paris. De Oliveira queda poco menos que el recuerdo de sus andanzas entre cafecillos y teatros de estrellas fugaces.
He sentido gran tristeza al enterarme de tan desgraciado fin.
qué lástima, ella siempre tan naive y apasionada...
y oliveira, cobarde talvez, como todos los hombres...
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