miércoles, septiembre 27, 2006

Un martes por la tarde...


“Aaay mijita, ahí donde me mandaste había puro muchacho tachado y engrapado” osó decirme mi tío, que en realidad es mi padrino, al referirse a los nenes tatuados y con pircings que atendían las tiendas “Monstro”. ¿Pero que hacía mi padrino allí? Pues nada más y nada menos que consiguiéndonos boletos a la Prófuga y a mí para Nouvelle Vague.
Después de unas cuantas mentiritas pa escaparnos de nuestras chambas caríishimas, un retraso del chofer que mandó la Profuga por mí, una lasagna riquísima y unos brochazos de rubors, arribamos al aeropuerto. Entre muchos gustos, “eres más guapa en persona” y un “pero déeeejanos más adelantito”, llegamos al Ex Nacional Financiera. Emocionadas y con unas ganas de cantar Forest (Again, and again, and again, and again...) esperamos una hora en la fila.

“Eeeh ya vamos a entrar” me dijo mi acompañante cuando la fila comenzó a avanzar. En el paso nos topamos con Deivid, un publicista reconocidísimo de la ciudad (“Oye como que todo el mundo ya trabaja en publicidad ¿no?” Yeyito 2006), a unos amigos de Mickicito, al Siamés, que es guapo guapo, pero creo que está medio malito de sus facultades, a un chico talibán y al joven Piroclasto, que tuve a bien verlo por primera vez mientras pedía unos tragos carísimos pa la Prófuga y para mi “dos León por favor”. Ahí junto a la barra saludamos de rápido a este último muchachito, sin embargo, no pudimos decirle adiós, no por descorteces, sino por correr al camión de media noche y media. Pero esa, es otra historia.
Después de hora y media más de espera, de aventarme unos rockanroles con mi amiga, bailar unas cancioncitas ochenteras, y refrescar mi garganta, aparecieron los teloneros: IMS, a los que se les hizo de muy buen gusto salir un poco “alteraditos” ,alterar el ritmo de las canciones y de plano desconectar las bocinas.

15 minutos después aparecieron dos siluetas femeninas que nos seducieron con sus deliciosas voces. (Caray, me cae que si yo cantara como ellas no estuviera escribiendo este post). Una horita de covers y rica música se degustó en aquel recinto. Casi nos íbamos cuando se tocó Depeche Mode y coreamos en el marco de la puerta “I just can´t get enough”.
A la salida: “¿Una playerita? Mmm no gracias, nos hemos quedado pobres...y yo que te iba a decir que si nos echábamos un hot dogcito antes de irnos...
Ahora sólo nos queda recordar ese buen día y comer en la fondita de a $30 o aplicar el toper weer pa la oficina (ja que triste final).

2 comentarios:

Manolo dijo...

Después echaremos más leones a precios razonables y sin prisas.

Penelopita dijo...

Me parece perfecto, pues a ver cuando se digna usted a visitar tierras cholultecas, al fin aca es bieeen barato el alcohol...