lunes, noviembre 15, 2010

S.O.S.



Y porque así lo decidí, si yo, Penelope Fortuna en pleno uso de mis facultades mentales (por irreal que parezca), le di fin a mi vida de rock & roll, de eternas escapadas, fiestas, a my living la vida loca style, a los saques y repechajes (cruz, cruz...) para darle la bienvenida a las eternas reuniones de "señoras" de sociedad, a las pasarelas en New York y Milán, a los eventos de caridad por los niños de Tayikistán, a los torneos de squash, y a demás actividades que me dejan agotada y sin gana alguna de ROCKEAAAAAR!!!!!!! No me quejo, soy feliz, pero... S.O.S. familia, mínimo un martinicito o un cocktailito por allá en la bella Condesa, donde solíamos reunirnos a escondidas con los López Cerdeira (Aaaahhh que guapo el hermano de enmedio); o de a perdis un viajecito por la inigualable Cholula de Rivadavia donde conocí los verdaderos placeres de la vida.

S.O.S. ¡Urgeme picor en la vida! (If you know what I mean ;)


miércoles, agosto 04, 2010


Qué pasa cuando estás a punto de abandonar tu soltería y el diablo toca a tu puerta. ¿Te dejas llevar por su labia y facha de conquistador? Le dices "sí gracias por favor, vuelva pronto", o le dices "no gracias ahí a la vuelta..."

-Siento que esta noche saldré, siento que una cita tendré, sé que me comunicaré ¡con el diaaaaablooo!!!-

martes, febrero 23, 2010

Fortuna y figura...


Mientras un galante caballero cortejaba insistentemente a la tía Neuras durante la celebración del cumpleaños del Marqués de Siruela, las sobrinas nos dedicamos a comer dirigibles toda la velada. Otra vez.

lunes, febrero 15, 2010

¡¡¡beso, beso, beso, beso, beso, beso, beso, beso, beso!!!
... qué no?

domingo, febrero 07, 2010

Querido Joaquín:

Querido, entrañable Joaquín. Esta carta no es de amor sino de reproches. Me has engañado una y otra vez, me has enamorado para después huir en ese taxi, yo parada a media calle sin poder decir una palabra me limpio tus besos de las mejillas.
Y es que me doy cuenta, Joaquín, que las palabras que me cantas al oído son en su mayoría mentiras. No seré yo a quien regreses a buscar al bar dentro de un año, au contraire, seré yo quien tarde 500 noches en olvidar. Soy yo la que ha de pasarse cada tarde con un nombre en la boca preguntando dónde está, dónde quedó aquella noche de noviembre, dónde el mes de abril.
Cómo deseo ser en este momento a quien dediquen frases desesperadas de amor y de añoranza, alivio de la soledad de noches y sueños, la primera visión del día, la última sonrisa antes de cerrar los ojos, veneno sobre labios.
No sabes lo penoso que resulta confesarte tan vulgares anhelos, después de tanto negar la necesidad del romance en mi vida, debo admitir que sin pensarlo me lanzaría al vacío si algún otro me repitiera tus palabras. Aún sabiendo que son robadas, la posibilidad de hallar un poquito, una sobra, un pedazo de tu corazón sería suficiente.
Mientras el taxi se pierde a la distancia pienso en nuestra última caminata por San Telmo, tal vez sea ahí donde volvamos a encontrarnos.

lunes, febrero 01, 2010

Ánimas y se pudiera...

Ojalá vendieran en la tiendita de la esquina bolsitas de valor y de hu...os(Yo regalaría algunas varias). Ojalá en el supermercado se pudieran comprar hombres perfectos que trajeran un cordoncito del cual jalar para escuchar la frase ideal y un guardarropa para cada ocasión. (Dejaríamos de sufrir en los bautizos del sobrinito, en las cenas de Navidad, o en esas eternas platicas en el auto después de un qué tienes...). Ojalá en las promociones de las papitas pudieran regalarte un par de buenos tacones, cómodos y de esos con los que sueñas al hojear las revistas (No le hace que traigan suelas rojas...) Ojalá anunciaran en los clasificados clases de como ser feliz y no morir en el intento...

lunes, enero 25, 2010

Pasadas las cucharadas

La abuela Fortuna siempre decía los domingos: Se me pasaron las cucharadas. Yo probaba el panqué marmoleado con ron que acababa de hornear y le contestaba: "No, abuelita. Sabe igual de dulce". ¡Pobre ingenua! La abuela se reía.

Con el pasar de los años, la tía Neuras incluyó esa frase. "Se me pasaron las cucharadas". Y ¡vaya! Mi tía no cocina pero ni sopa Maruchan. Así que empecé a darme cuenta que se refería a otra cosa.

Crecí y lo entendí.

A mí se me pasan las cucharadas algo seguido:

1. Al hablar
2. Al besar
3. Al pensar
4. Al trabajar
5. Al bailar
6. Al prestar
7. Al ....
8. Al confesar
9. Al comer
10. Al beber

Mi vida es una desbordante cucharada!