viernes, septiembre 08, 2006
¡Que San Murphy nos libre!
Íbamos caminando en una calle bastante transitada mi hermana Charlotita y yo. Lo único que puedo recordar es el reflejo de nuestros trajes de lentejuela en el piso y el mareo que me causaba la mezcla de nuestros perfumes carísimos.
De repente escuche un "ya es aquí" de mi acompañante, y entramos a lo que al parecer era una cantina. La gente al vernos entrar nos aplaudió y todos querían saludarnos. Aún no lograba entender que pasaba, hasta que mi hermana me dijo "siéntate aquí, es preferente, canto dos que tres y me vengo a echar una "coca light" contigo". Subo la mirada y no podía creer lo que veía: era mi encantadora Charlotte pero atrapada en el cuerpo de Paquita la del Barrio con todo y medio chicharrón de fuera y su tan inmensa silueta.,¡que sustoooo!. No podía asimilar lo que pasaba, estaba impactada, como era que había terminado mi hermana así.
Pa quitarme el susto fui al tocador a refrescarme la cara. ¡Santoo Diooos! Casi muero al ver mi reflejo en el espejo, yo era nada más ni nada menos que ¡¡Carmelita Salinas!! Sí, esa mujer pequeña, redonda y dicharachera. Salí asustada cuando observe a mi hermana coqueteando con unos hombres que más bien no le correspondían. Éramos famosas, pero feas, gordas y de mal gusto...bueno pero eso si, con mucho dinero, eso que ni que.
El amor no nos favorecía. Estábamos tan olvidadas y quedadas, que era mas fácil comprarlo, que depresión.
Escuche un "áaandale tóoocame" cuando sonó el despertador y acabó aquella pesadilla. Me alegre de que sólo fuera eso, una pesadilla. Tomé el teléfono y marqué a mi hermana para corroborar que no fuese rubia y cantara rata de dos patas, "manis voy a empezar a ir al gym a las 7 de la mañana lunes, miércoles y viernes, ¿vamos no?
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario