martes, junio 27, 2006

Porqué tan parecidos Dios


Tenía 23 cuando te conocí...23 cuando en tus negros y profundos ojos (y unas exquisitas cejas pobladas) me perdí. Que no eras el príncipe azul, o el hombre que me llevaría al altar, lo sabía y no me importó.
Diez maravillosos días habían pasado desde nuestro reencuentro, cuando a tu casa me invitaste. ¿El pretexto? unas películas pa un crudo domingo.

Toqué el timbre y esperé...al abrirse la puerta me recibió un hombre con el torso húmedo y toalla a la cintura. No pude evitar sabrosearlo (como dice la chaviza). Subí la mirada y me percaté de unos ojos negros como los tuyos, pero oohh sorpresa no eras tú."Shi she pareshen" pensé. Entre mi tartamudeo me dijo que en un momento bajabas y me ofreció tomar asiento.

Era tú hermano el de en medio; el hermano cínico que gusta de exhibir su bien torneado cuerpo. El hermano que hoy sigo viendo y me hace recordarte. El hermano que cada día se pone mejor, es de mi edad y me hace pensar una y otra vez ¿por qué siempre elijo al equivocado?

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