Familia y respetable público lector.
Desde la ventana de un pequeño café en el zócalo de Tlacotalpan, observando las hileras de casitas con fachadas de colores y esas cúpulas blancas que me tapan el horizonte, les saludo y envío abrazos.
Sigo tratando de encontrar quién soy y, con esto, estoy topándome con recuerdos y reseñas familiares. Algunas agridulces, otras sumamente agradables.
Prima Amelia: aquí he encontrado a tu doble y tiene esa mezcla de soñadora/realista que te caracteriza.
Tía Neuras: las mujeres que me he encotrado -ya de edad- me recuerdan a tí. O más bien a la mujer pueblerina, sumisa y resignada que nunca quisiste ser. Otras son unas verdaderas matriarcas. Modernas e independientes, como tú. Por cierto, me siento sumamente orgullosa que, gracias a un accidente geográfico de mis padres, tu y yo hayamos nacido en la misma región.
Penny: La risa de las personas aquí, me recuerda a la tuya. Y su ingenio para sacarle el humor a las situaciones difíciles.
Charlie: Creo que tú no hubieras podido encontrarte en este lugar. Mucho bullicio y poca contemplación. Además, mucha comida que mezcla la sal con lo dulce.
Bien, me despido por ahora y les prometo seguir mi viaje con la mejor disposición.
Ana F.
P.D. Les llevo marquesote y empanadas de guayaba.
miércoles, octubre 18, 2006
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1 comentario:
yo te encargo un jarochito ;)
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