viernes, octubre 20, 2006

¡Vaya sorpresa!

Y así fue, de repente aquel pasado de moda, el introvertido, el que prefiere una biblioteca a una discoteca ¡me asustó!
No se si fue la euforia, la emoción del momento o las bebidas carísimas que se nos prepararon, pero en un abrir y cerrar de ojos este tímido muchachito en todo un lobo se me convirtió. Dejó salir esa cascada de sensualidad (más bien yo diría sexualidad) y me dejó ver entre líneas algunos mensajes, que ahora, hacen que no lo pueda ver de nuevo a la cara. ¿Habrá sido que mi lado pueblerino y mi recatada educación se vieron amenazadas por tanta fogosidad? Sus caderas se dejaron menear, y no tarde en darme cuenta cuando ya de repente un abracito por allá, y un piropito por acullá.
¿Dónde quedó esa timidez y aquel individuo que prefería abrazar un libro que abrazarme a mí?
Ahora tendré que meditar con la almohada y reconsiderar a este nuevo personaje...

No hay comentarios.: