La nueva inqui Lina

Penelope caminaba feliz rumbo a su casa cuando se topó con una panadería y se dijo:¡Aaay le voy a llevar una de esas conchitas que tanto le gustan a mijo! Compró dos y siguió su camino. (Aparte pioja mi Penelope, nada más una pa cada quien, bueno, en estos dias hay que economizar noo?, con eso que se acercan las elecciones...pero bueno ese es tema para otro post. Continuo)
Al llegar a casa se molestó por ver ocupado su estacionamiento."Aaay estos vecinos tan jijos, digo ta bien que no tengamos auto, pero que respeten el espacio de cada quien ¡respeto, respeto...!
Estaba a punto de abrir la puerta cuando de repente una carita salió de la nada y le aventó un ¡hola amiguiii!!!. Así, así nomás lo dejo salir. Sin saber de horas, ni fechas, ni días.
Al ver esa carita sonriente, comprendió que el auto no era de los vecinos, que las conchas no iba a alcanzar, y que le iba a tener que poner más agua a los frijoles.
Entró, saludó al ahijado y subió a hacer cuentas. Como siempre Benito la siguió, la abrazó y le lanzó un "¿estás enojada?". Frase que si no lo estaba, ponía de malas a Penny.
Pues le marcó a su hermana Anita, le explicó la situación y acordaron en adelantarle la tanda pa poder cubrir los gastos que implicaba una nueva inquiLina.
Bajo, sonrió a los "muchachos" y se dirigió a lavar loza como era de costumbre. Resignada, los miró y volvió a sonreír al ver el rostro encantado de su ahijado, deciéndose a si misma: "bueno, dónde comen y duermen dos, lo podemos hacer tres".