Esta mujer se hace demasiado daño. El otro día, no conforme con que la fiesta estaba bastante mal vibrada por ciertos elementos mal habidos, se puso a llorar redclamando su derecho a la mala copez. "Al menos no se vomitó", profirió Marichelo. Quien realmente no tiene qué decir porque ella le anda entrando con singular alegria a un pozole de 18 añitos.
Pobres mujeres. Pensé. Eso de hacer feo y ponerse en evidencia no me parece la forma más correcta de hacerse en círculos sociales altos. A mí, como me encanta esto de la foto en las páginas de sociales en reconocidos medios, me da muchísima pena ajena.
Cecilia Magdalena, ponte un poquito de perfume, arréglate la falda y el rímel. Levántate del suelo y regresa a la reunión. En estas condiciones no vas a encontrar marido decente ni de buena posición.
viernes, mayo 05, 2006
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