viernes, febrero 16, 2007

Envidia

Cuando me fui a un internado suizo para señoritas, jamás imaginé que hubiera alguien con quien pudiera compaginar. Iniciando porque a)no hablaba ni pizca de francés, b)creía que todas eran lesbianas y c)soy xenófoba. Así que no tenía muchas expectativas de hacer grandes amigas con quien cartearme al regresar.



Sin embargo, mi compañera de cuarto resultó ser bastante agradable. Medio teta, pero agradable. Platicaba de cómo su familia era de esos que participaban en las dramatizaciones de las batallas medievales, que hacía sus propios disfraces para las obras de su iglesia y que su colección de rocas era enorme e impresionante. "Un proyecto", pensé. Alguien quien me pueda admirar y seguir. ¡Oh!, por fin.



En eso, un día sonó el teléfono. Pensé que era la prefecta, alguna de mis hermanas o mi prima avisándome que venía a visitarme. Contesto y se oyó una voz varonil... con acento español. "Con Sarah, por favor". "Yes... un momento". Contesta mi roomie y pasó los siguientes 45 minutos hablando, sonrojándose y riéndose. "Era mi novio. Andrés. Viene al colegio la próxima semana desde España".



Poquísima madre, pensé. Yo pensando que yo tenía qué enseñarle y ella ya muy mujer de mundo.



Aquí está su autoretrato... bastante fiel, si me permiten la crítica artística.



No tengo más que agregar. Mas que cuando conocí al famoso Andrés, en quien había puesto todas mis esperanzas de ver a un español feo, calvo, gordo y con algún problema en la dermis, me topé con un hombre joven, guapo e interesante.....eso me enseñará a bajarle a mi soberbia.

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