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¿Lo conoces? fue la pregunta de mi acompañante al ver que en aquel baile de salón saludaba yo a un hombre con todo la apariencia de extranjero.
No, ¿por?...
A los minutos me encontraba platicando con un hombre de rudo español, blanca tez, ojos claros y de canadiense procedencia (y es cuando uno recuerda, no corro, no grito, no saludo a desconocidos)
Después los telegramas al estilo ESPERO EN LA SEMANA PODER REVISARNOS. PASES A UN BUEN DÍA...cof cof que dijoooooo??? se dejaron venir. Sólo por teléfono empezamos a tener contacto (dammmmm) y esta insípida relación no me empezaba a gustar. Hasta que un día después de 2 plantones (yo creo tenía el horario anterior al de verano) y una llamada a las 5 de la mañana para decir adiós, el partió a su fría ciudad, y yo me quedé sin saber que era aquello de la práctica de una lengua extranjera o algún negocio transnacional caray...NEEEEEEEEEXTTT!!!
5 comentarios:
Y si te llegaste a quedar con alguno?
Espere nuevas historias compañero, no os desespereis...
jajjajaja noooo! jajajjajajaj
haaay eso de los extranjero! jajajaja
pues a ver si un día de estos lo vas a visitar noooo??? ajáaaaa jjajajaj. ya para cerrar el trato ;)
jajajajajaja si lo sabre yooooo!!!
No hay problema hermanita. Aquí los nacionales también hacen eso (cuando se van o nos vamos)
Estos pinches canadienses, tan frios como su invierno. Con varios meses aqui y no se me ha hecho probar el producto local,
Nena
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