Y el Señor Castillo nos volvía a reunir; famoso aventurero que llenaba las tardes de té con mágicas historias, nos citaba para anunciar su partida a la Asia. Todos asistimos gustozos para desearle buena "fortuna" al querido viajero.
Un restaurante típico de nuestro trotamundos nos abrió sus puertas. Asistimos por supuesto todas las hermanas Fortuna (con lentejuela y todo) y la Tía Neuras que por fuertes dolores de espalda tuvo que dejar temprano la reunión.
También hicieron acto de presencia mi ahijado y su amiguito el joven Jayjay que ya anda de novio. Adriancito, mi viejo amigo de escuela con su novia (más bien diría prometida, que no es por ser indiscreta, pero ya porta anillo de compromiso caríishimo).
Los Condes de Hidalgo para no perder la costumbre asistieron, y compartieron con los invitados buenos tragos y rica plática. La amiga francesa de Ana, Laurie Lion también compartió con los invitados canciones y costumbres de su país.
En fin, un sin fin de invitados. Posteriormente para no perder la costumbre, y honrar un hogar para seguir "despidiendo al aventurero" nos dirigimos a la nueva casa de mi ahijado.
El Duque Betancourt le hizo la noche a las señoritas, enseñándoles unos dos que tres pasitos. Laurie se abrió y confesó tener un romance con un magnate tabasqueño. Mi ahijado me animó como es de costumbre. Cecilia Magdalena se encargó al final de la limpieza de aquellas copas que con la euforia del momento se llegaron a romper. Y por mi parte, tuve un encuentro con el pasado, pero esa...es otra historia.
