miércoles, julio 25, 2007

Rito de iniciación


Así como los hombres tienen "ritos" que los convierten en hombres (no necesariamente treparse a un Tótem, pero la sociedad se los acepta), las muejeres debemos tener alguno que otro.

Por ejemplo, la primera vez que tomamos el rastrillo y lo pasamos por las piernas. O cuando nuestras madres nos llevan a ese incómodo pasillo del supermercado para cuando "nos pasa" por primera vez. Sin embargo, todos ellos son incómodos y desagradables procesos que nos ratifican que, a partir de ahora, somos parte de esta sociedad que nos oprime, nos olvida y nos fertiliza.

En mi caso, los ritos de iniciación más importantes han sido de la mano de mi tía Neuras. Ella me enseñó cómo cerrar el ojo para que parezca coqueto pero no agresivo; para subirle el dobladillo a las faldas del colegio sin que las monjas lo noten. Me enseñó que less is more en cuanto a maquillaje ("las hay putas y las hay con clase") y me enseñó a poner esa mirada de asombro ante la plática de los hombres mientras pienso en la novela que dejé en el buró de mi cama.

Hace no mucho, mi tía me inició por otro camino. Me dijo un día: Sobrina, estoy harta de los hombres. Vamos a la adivinadora.

Así conocimos a Lenny.

Ahora soy adicta a Lenny. ¿Qué haría Lenny? ¿Qué me diría en esta situación? Lenny es muy exacta y siempre tiene el tip detonador.

El tip de este mes es: Si ya tienes un hombre en la mira, haz una agenda. Anota día y hora de lo que le vas a decir, de cómo lo vas a mirar. Anota tu ropa, su expresión. Anótalo todo.

Así, iniciamos : La libreta de una Fortuna.

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