Los Alpes y un lago congelado eran mi vista desde aquella ventana del internado. Mi hogar por momentos, por decisiones de mi madre y mi "sabia" tía Neuras. Un lugar en el que pensaron si me internaban podía reformarme y tomar el buen camino de Dios (ilusas). Un frío lugar donde me volvía a topar con el amor, el desamor y con algo que no conocía (aunque no se crea): las chacaladas.
Su nombre Vladilena, una adorable rusita de rosadas mejillas, cabello rebelde y ojos claros. Una europea con hábitos un tanto extravagante, de supuesto fiar y meloso hablar. Una "adolescente" que se aprovechó de mi inocencia y dotes de caridad. William era mi ex novio "el ex novio" del internado vecino; el amor de juventud que a la fecha, creo me llega a arrancar en esas noches de farra o soledad uno que otro suspiro.
Yo ocultaba mi tristeza cuando conocí a Vladi. Una que otra fiesta, las botellas a escondidas de las monjas y su primo Antón, hicieron de nosotras las mejores amigas. Antón (otro rusito) era un chico alto, guapo y de una sonrisa que jamás he de olvidar. Un muchachito de exquisita plática que me enamoró a los 2 segundos de su visita e hizo medio olvidarme de los fantasmas. Yo soñaba despierta, yo me enamoraba del amor y Vladilena me daba más cuerda ¿Que porquéeeeee??? Pues la muy mendiga me andaba pedaleando la bicicleta. Resulta que vivía enamorada de William y yo sin saberlo. Que casualidad que nos hacía ir a las fiestas de su internado, escaparnos a la montaña y hasta acampar quesque pa ver las estrellas. AAaahh mendiga rusa que me hizo sacar al ex "el ex" y ella nomas no aflojó al primo ¡Beeaaaatcchhhh! Ok, ok no soy rencorosa, pero por mujeres como ella, hoy en día habemos mujeres como yo. Ok, ok, no la odio, pero sólo espero que se le regrese 8 mil veces por ¡Chacaaaaaal!
Su nombre Vladilena, una adorable rusita de rosadas mejillas, cabello rebelde y ojos claros. Una europea con hábitos un tanto extravagante, de supuesto fiar y meloso hablar. Una "adolescente" que se aprovechó de mi inocencia y dotes de caridad. William era mi ex novio "el ex novio" del internado vecino; el amor de juventud que a la fecha, creo me llega a arrancar en esas noches de farra o soledad uno que otro suspiro.
Yo ocultaba mi tristeza cuando conocí a Vladi. Una que otra fiesta, las botellas a escondidas de las monjas y su primo Antón, hicieron de nosotras las mejores amigas. Antón (otro rusito) era un chico alto, guapo y de una sonrisa que jamás he de olvidar. Un muchachito de exquisita plática que me enamoró a los 2 segundos de su visita e hizo medio olvidarme de los fantasmas. Yo soñaba despierta, yo me enamoraba del amor y Vladilena me daba más cuerda ¿Que porquéeeeee??? Pues la muy mendiga me andaba pedaleando la bicicleta. Resulta que vivía enamorada de William y yo sin saberlo. Que casualidad que nos hacía ir a las fiestas de su internado, escaparnos a la montaña y hasta acampar quesque pa ver las estrellas. AAaahh mendiga rusa que me hizo sacar al ex "el ex" y ella nomas no aflojó al primo ¡Beeaaaatcchhhh! Ok, ok no soy rencorosa, pero por mujeres como ella, hoy en día habemos mujeres como yo. Ok, ok, no la odio, pero sólo espero que se le regrese 8 mil veces por ¡Chacaaaaaal!
1 comentario:
jaja, dónde he escuchado yo eso???? dónde?? dónde???
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