Siempre he tendio amores platónicos. Siempre he sido una acosadora. Soy de las que se obsesionan y no es broma, me puedo aprender su vida entera, sus horarios, sus prioridades, su forma de vestir, saber cuáles son sus prendas favoritas y cuando lo veo aprendo a saber de qué humor están.
Me enamoro, de verdad, como cada 3 días. A veces lo vuelvo a ver, a veces no. Me enamoro siempre de gente desconocida, hombres, la mayor parte del tiempo, pero siempre desconocidos, porque si alguna vez los llego a conocer puf se desinfla la infatuación (vease infatuated in inglish). Sólo de pocos, de muy pocos, he seguido enamorada, y, creo (o quiero pensar) no enteramente.
Me he enamorado de tantos, tantos, tantos. Sólo basta verlo por unos momentos e imaginarme que tiene toda una vida chingona, melancólica e interesante detrás y delante de él. Imaginar que no tiene vieja o que no la considera “la mujer de su vida” porq es demasiado complicado y no le gustan las niñas convencionales, que justo esta pasando por un momento de crisis existencial porq no sabe qué hacer con su vida, con sus planes, con sus ilusiones, con su futuro. Imagino que busca a alguien especial, que lo entienda, que lo ayude, que foreveré con él, que se ria como él a veces se ríe, que disfrute las cosas simples como él a veces las disfruta. Que le guste la lluvia, los libros, las pláticas sobre una mesa de café, la aventura. Un hombre que la guíe pero que no la vea como una niñita idiota.
Siempre me enamoro e imagino sus historias. Me enamoro de los meseros (esos que sólo están ahí d paso y q quieren juntar lana para un proyecto chingón), de los gueyes en las librerias (esos q les encanta estar ahí horas y horas y q no sólo están mamando viendo libros pseudointeresantes, q se meten y se van cada vez q abren uno y que saben escoger cuál abrir) de los gueyes solos en los cafés (esos q están dandose un break d algun proyecto interesante o algun trabajo muy pesado pero q le fascina y q les gusta también salir y darse uno q otro café solo en lugarcillos raros), de los gueyes solos leyendo en una esquina (q piensan q sólo han pasado 10 minutos pero en verdad llevan ya 1 hr. leyendo), de los gueyes escribiendo en algún lugar picadisimos (esos q escriben sus planes a futuro a corto y largo plazo); me enamoro también de los gueyes q salen con su perro a dar la vuelta solos y le platican (justo vi a uno así el domingo en coyoacan, yo creo q vive solo y salió porq ya se empezaba a deprimir y mejor prefirió salir a dar una vuelta), de los gueyes en los aeropuertos (pocos, no siempre encuentras a esos q trabajan para las naciones unidas y van a un viaje d trabajo para salvar millones de vidas, esos q tienen un corazonzote); antes de los gueyes del escalodromo (que iban a escalar y cotorrear pero al escalar se les olvidaba el mundo entero alrededor de ellos y que morían por tener a alguien q se fugara con ellos a las montañas). Me enamoro también de algunos q van en coche y se ven todos tiernos y nerviosos por llegar a donde sea q vayan. Y así, me enamoro, enamoro y enamoro (pero sus historias sólo son invenciones mías, luego llegan junto a ellos las novias chingonas o luego platico con ellos y me decepcionan o luego la realidad no tiene nada q ver con lo q había yo ya tejido en mi cabeza).
Pero me enamoro esa primera y a veces única vez q los veo, claro, tienen q tener el luk y la vibra interesantota, luk y vibra de perdidos en el mundo pero con ideas y proyectos muy claros. Luk y vibra de gustarles alguien como yo.
martes, junio 06, 2006
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7 comentarios:
a veces la vida parece un gran cliché...
Sí, maldito enamoramiento.
Me cae que Dios nos crea y nosotras nos juntamos mi Amelia. Me pongo de pie a ante sus palabras. BRAVO!!!!
totalmente de acuerdo
Comulgo, aplaudo y sigo tu ejemplo. Yo tmabién soy de esas... lo más chido es que no te rompen el corazón aún cuando te enteras que la vidaque les inventaste nada que ver con la verdad.
yo por eso digo uqe el amor es una adiccion sin fin
Entonces nos enamoramos de nuestros propios ideales, de nosotros mismos a traves de los demas, nos enamoramos unicamente de aquelk amor utopico imaginario que seria lo mejor para nosotros, entonces, a caso no podemos enamorarnos de una persona de verdad, una real que la caga en la utopia que acabamos de hacernos, nuestro ego nos hace y se ama a si mismo. Por que lo mismo pasa con ellos, es decir, nosotros, creo.
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