Después de recibir esa medallita-pulserita-estampita me di cuenta que semejantes amuletos no hacen más que traer problemas. Ya que a las Fortuna la mala suerte nos persigue, no quiero ser motivo de más desgracias a esta familia. En especial le dejo un abrazo a mi hermanita Ana en espera de que algún día me perdone por las desgracias que he acarreado a su vida. Me lanzo al vacío pero pues al final ahí andamos.
Hermanitas Fortuna, Tía Neuras, cuidense mil, nunca cambien, sigan siendo niñas bien (y abuela bien), nos vemos cuando regrese.
cou cou
martes, marzo 06, 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
¿Y de qué me perdí? Porqué la despedida...y qué con Ana... ¡que alguien me explique!!!!!
Si Penny, estamos en las mismas!!
Publicar un comentario