Después de mil fallas técnicas, desgracias cibernéticas y el atraso generacional de estas pobres fortuna, niñas bien del pueblo pero pobres ingenuas en la capital, sobrina de la cosmopolíta Tía Neuras y más saladas para el amor que un bacalao navideño, hemos vuelto y más fuertes que nunca. En este extraño retorno no se nos caerán ni se nos pondrán amarillos los ojos como a Diana Salazar (la de la novela de Ernesto Alonso por si alguien se quedó con la duda), pero confiamos en que el fin de año y los calzones rojos nos traigan mejor suertecita, si no, pues a vivir que son dos días ¿no?.
Perdonen ustedes este post, estaba sola en la casa y me tomé solita la primera botella de sidra.
lunes, diciembre 18, 2006
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4 comentarios:
pon a remojar el bacalao
cambiale el agua cada seis horas
por tres dias
eso es algún tipo de "amuleto" o "receta para la buena suerte", o literalemente para quitarnos la sal.
Haaayy hermana, Dios bendiga tus manos bloggeras que nos han devuelto la esperanza. Ahora no le quedemos mal a nuestros exigentes lectores ;)
nice, yo también debería regresar. Las estaré leyendo mis queridas fortunas :)
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