martes, agosto 29, 2006

lecciones


Una de las primeras cosas que aprendí conforme crecía es que hay cosas sagradas para las mujeres. Mi Tía Neuras, que en sus años mozos fue toda una dama de sociedad muy popular por vestir siempre a la última moda de París, nos dijo siempre desde pequeñas la importancia de luchar contra la gravedad. Recuerdo bien aquel día en que la Tía Neuras llegó con un corpiño para Penelopita, primera de mis hermanas en conocer las gracias del artefacto sujetador. Era todavía de algodón, como playerita pero corta, a Penelope le molestaba al principio porque le daba frío en la pancita, pero conforme pasó un poco más de tiempo y cada vez venían más y más vecinos a tomar el té con ella, nos dimos cuenta que tan molesto no debía ser pasar un poquito de frío con tal de unos cuantos admiradores. A todas las hermanas nos daba un poco de pena, pero mucha envidia porque todavía no nos llegaba la hora de que la tía nos regalara uno igual, por más que intentábamos hacer prótesis simétricas, nunca nos creyeron el desarrollo repentino a base de papel de baño hecho bolas.

5 comentarios:

emil santos dijo...

"Las campanulas hermosas, ¿sabes tú qué significan? Son campanas que replican en las nupcias de las rosas"

Para el corpiño de Manuel Gutierrez Nájera

Penelopita dijo...

Disculpen las molestias que la ineptitud del blogger les ocasiona para leer..

Wu* dijo...

si hay algo que odio más que los corpiños es la palabra misma "corpiños".

Penelopita dijo...

Jajajaja como recorde al leer sus trsites caritas de envidia...

Anónimo dijo...

yo la verdad, la palabra que mas odio en la vida es "pantaleta"